Era una mañana tranquila en la casa de los Sánchez. Víctor, se encontraba en su habitación y parecía estar ocupado. Se arreglaba para ir a casa de Estela. La noche anterior por fin había conseguido escribir un bonito poema con el que poder engatusarla, y así, conseguir salir con ella: -¡Este poema me va a cambiar la vida por completo!-se decía mientras se peinaba el flequillo- ¡Por fin podré hacer que Estela se fije en mí!-. Y así, con esa positiva actitud, salió de su casa en dirección a la casa de Estela. Una vez allí, escondido detrás de una máquina expendedora, se dispone a dirigirse a la casa para llamar, pero entonces, ve pasar a un chaval de más o menos su edad, vestido de uniforme escolar, con un aire algo arrogante y con el pelo repeinado de color rubio. Víctor mira fijamente al chaval, que de repente, entra por la casa de Estela, y llama al timbre. Víctor da un respingo de impresión, mientras se fija en que Estela sale fuera, se agarran de la mano, y marchan juntos. Víctor siente como si el corazón dejara de latirle –No puede ser…- se decía mientras arrugaba el poema que le había escrito a Estela- ese no puede ser su chico ¡Estela no puede estar cogida!-. Entonces, se fija en que ambos cruzan la esquina juntos, y Víctor se dispone a seguirles.
Por fin, llegan a un bonito parque, lleno de cerezos, matorrales y una bonita fuente en el centro.
Víctor se esconde detrás de un cerezo mientras observa a Estela y al chico, que se sientan en un banco delante de él. Entonces, el chico que acompaña a Estela se levanta, se pone delante de Estela y le dice -¡Oh, Estela, mi primer amor, tan bella eres!-. Víctor mira con odio al muchacho, y entonces Estela le dice –Oh… Pablo, tu si que eres bello-. -¡PABLO!- Insinúa Víctor cerrando sus manos en la corteza del árbol y arañándola-¡ESE INFELIZ SE LLAMA PABLO! Dichoso Pablo… ¡Capaz soy de matarlo!-. Y seguido de estas palabras, se marcha enfurruñado y murmurando por lo bajito. Al fin, llega a un callejón que parecía tranquilo. Cruza la esquina y de repente, ve venir corriendo a David despavorido y ambos impactan -¡David!-grita Víctor frotándose la cabeza- ¿Qué hacías corriendo de esa manera?-. David se incorpora y dice –Ah, hola Víctor, pues resulta que sin querer pisé la cola a un perro y no veas como corría detrás de mí… a propósito ¿Dónde ibas tú?-. Víctor le enseña a David el poema arrugado que le había escrito a su hermana, y también le cuenta lo que pasó con Pablo -¿Mi hermana saliendo con un chico?-. Añade David extrañado. –Sí- dice Víctor guardando el poema- ¿No sabías nada?-. -Pues no-dice David- de hecho, creo que ni siquiera mis padres lo sabían-. David se queda pensativo y luego añade –Oye… ¿Y cómo es el chico?-. Víctor pone cara de pocos amigos y luego dice –Pues… es un pijo repelente que va peinado de seta y que solo le hace la pelota a Estela-. David se sorprende un momento y luego dice –Por casualidad… ¿Sabes donde vive ese tal Pablo?-. –No- dice Víctor modesto- pero podrías preguntarle a Estela, quizá ella lo sepa-. –Buena idea- añade David chascando los dedos- intentaré sacárselo de alguna manera y luego, le haremos una visita…-. Ambos ríen y marchan juntos. Llegada la noche, David vuelve a casa, dispuesto a hablar con Estela. Llama a la puerta de su habitación y cuando lo deja pasar ella dice -¿Qué querías?-. David tose y luego le dice muy serio –Estela, una pregunta… ¿Hoy has salido con alguien?-. Estela, que estaba leyendo una revista, para en seco de leer y dice –Si, con un amigo, íbamos a la biblioteca a estudiar ¿Por qué?-. David aprieta los labios y le dice –Es que esta tarde te vi salir con un chico en dirección al parque de la ciudad ¿Para qué ibas?-. Estela se queda muy quieta, inmóvil. Parecía que no iba a decir una palabra, pero luego dijo -¿Para qué lo quieres saber?-. –Pues porque si tienes novio, deberías decírmelo-. Añade David levantando un poco el tono. Estela se queda como si fuese visto un fantasma. Mira a David a la cara y le dice -¡Me has estado espiando!-. -¡Si!-dice David enfadado -¿Por qué no me has dicho nada?-. Estela enfadada, tira al suelo la revista que estaba leyendo y añade -¡Porque tú no eres mi padre para darme órdenes! ¡Nunca te e importado y por tanto, te dará igual si estoy con un chico como si no lo estoy!-. David intenta calmarla para conseguir sacarle lo que quiere. Una vez más calmada, se dispone a decirle -Estela, soy tu hermano mayor, y sí que me importas, si no, no te preguntaría. Me gustaría que me dijeras dónde vive ese tal Pablo-. Estela se da la vuelta, y mira a David extrañada -¿Para qué quieres saberlo?-. –Nada-añade David con sonrisa pícara-es que ahora que es mi cuñado, creo que debería hacerle una visita, ¿No crees?-. Estela, desconfiada, le da la dirección, y cuando David sale de la habitación, le dice –Oye “David” ¿Cómo sabes que se llama Pablo?-. David se da la vuelta riéndose y dice –Es… instinto de hermano-. Y guiñando un ojo, se encierra en su habitación. Al día siguiente, David marcha muy tempano a la casa de Víctor. Ambos habían quedado a las 10:00 am en la puerta de la casa de Víctor, y allí se encontraron: -¿Qué? ¿Has conseguido sacárselo?-. Insinúa Víctor nervioso. –Sí- dice David con sonrisa picarona- ven, vamos a hacerle una rápida visita-. Ambos dan una carcajada, y se marchan en busca de Pablo. Al fin llegan al destino. Ambos están parados frente por frente de la casa de Pablo, y entonces, deciden entrar a llamar. David, nervioso llama al timbre, y después de un rato de espera, sale Pablo, repeinado con peinado de seta, y con el uniforme escolar. Ambos se quedan mirándose extrañados. Pablo echa a David una mirada desconfiada y le dice -¿Quién eres?-. David mira a Víctor, escondido detrás de unos matorrales que había en el jardín de Pablo, y luego dice –Esto… ¡S-soy el hermano mayor de Estela, y quiero que te alejes de ella!-. Pablo se sorprende un momento, mira a David de arriba abajo y añade -¿Alejarme de Estela? No sé por que he de hacerlo, ella me quiere, y yo a ella, y ambos somos muy felices-. David se queda callado, con los labios apretados y muy nervioso. Se dispone a hablarle a Pablo cuando de repente, ¡POM! Víctor le da a Pablo un fuerte golpe en la cabeza con una pala que había en el jardín y le deja inconsciente. David mira a Pablo con horror mientras Víctor sujetaba la pala nervioso -¡QUÉ HACES!-. Grita David asustado. -¡LO SIENTO TÍO-añade Víctor nervioso- LO TENÍA A TIRO, TENÍA QUE DARLE, LE TENGO UN ODIO HORRIBLE!-. -¡PERO AHORA QUE HACEMOS! ¿¡Y SI NO SE DESPIERTA!?-. Grita David enfadado y asustado al mismo tiempo. -¡No digas eso tío!-dice Víctor soltando la pala en el jardín- ¿Y si está…? ¿Y si le he matado?-. -¡Pues nos hemos metido en un lío-añade David alterado- tú por asesino, y yo por cómplice!-. Víctor se acerca a Pablo, le mira y le dice a David –No podemos dejarle aquí, ¿Y si le ve alguien? Hay que ocultarlo…-. David se da la vuelta, mira a Víctor y le dice –Lo que hay que intentar es que sobre todo… no lo vea Estela, si se entera ¡Nos mata!-. Y ambos cargan con Pablo a cuestas, y le llevan a un descampado. Allí, se disponen a cavar un hoyo en el que meterle, cuando de repente, ven pasar a Estrella por allí: -¡Eee, hola chicooos!-. Dice Estrella acercándose cada vez más. Víctor y David, desesperados, deciden ponerse juntos, y detrás de los dos, ocultar el “cadáver”. Estrella ya está cerca y les dice -¡Hola! ¿Qué hacéis aquí? Y… ¿Qué hacéis con esa pala?-. Víctor, nervioso y sudando, coge la pala y le dice –Eee… ¡La acabamos de comprar! Porque… ¡Nos han dicho que en esta zona de la ciudad hay muchos tesoros!-. Estrella mira a ambos con un brillo en la mirada -¿¡Tesoros!? ¿¡EN SERIO?! ¿¡DE QUÉ TIPO!?-. David se adelanta a decirle –P-pues de ¡Todo tipo! Desde pequeñas pulseras hasta grandes cofres llenos de joyas-. Estrella se pone a dar saltitos de alegría y añade -¡Dejadme ayudaros! ¡Yo quiero uno de esos tesoros!-. Entonces, se acerca a la pala, y ambos gritan a la vez -¡NO, ESPERA!-. Estrella se aleja asustada, y dice -¿Qué pasa?-. Entonces se da cuenta, que ambos no se separan nunca, y dice –Oye… ¿Qué hacéis tan pegados?-. David se apresura a decir -¡Es que tenemos frío!-. Estrella se extraña aún más y dice -¿Frío? ¿¡En pleno mayo!?-. Entonces se le ocurre una idea para averiguar que pasa –Haber, Víctor, que soy tu hermana, encima que te veo, no me das siquiera un abrazo…-. Víctor, cae en la trampa y se separa de David para dirigirse a Estrella, así, dejando a Pablo al descubierto. David se desespera de pronto, y Estrella, grita asustada al ver a Pablo en el suelo al lado de un hoyo. Entonces los chicos, se disponen a contarle lo ocurrido a Estrella: -Huummm… así que queréis venganza ¿Eeh?-añade Estrella acariciándose la barbilla- ¡Pues dejadme a mí!-. Y sonríe pícaramente. _________________________________ Son las 20:00 pm, y Estela está desesperada. Lleva esperando a Pablo desde hace media hora para ir juntos al cine, y aún no ha venido. Preocupada por Pablo, se dispone a llamarle, pero cuelga el teléfono al ver venir a David, Víctor y Estrella, cargando con Pablo a cuestas. Se acerca a ellos y les pregunta que qué ha pasado, entonces, Estrella, le cuenta los hechos: -Nosotros veníamos de dar un paseo, y entonces, al pasar por el parque de la ciudad, vimos a Pablo tirado en un banco y con un montón de botellitas de cerveza a su alrededor. Intentamos levantarle, pero vemos que está bien borracho…-. Estela, enfadada, se acerca a Pablo y le grita -¡PAAAAABLOOOOO, DESPIEEEERTAAAA!-. De repente, Pablo entra en sí del susto, mira a su alrededor y cuando ve a Estela, añade -¡Uuff, querida, menos mal que estás aquí! No veas como me duele la cabeza… creo… que incluso veo doble y… estoy mareado… no recuerdo qué pasó pero… me encuentro fatal…-. Estela frunce el ceño, mira a Pablo enfadada, lo agarra, lo pone de pie y grita -¡¡MALNACIDO, IMBÉCIL, PARA ESO ME LLEVO TODA LA TARDE ESPERÁNDOTE, PARA QUE ENCIMA, CON TODA LA CARA, TE VALLAS POR AHÍ, TE PONGAS HASTA ARRIBA DE CERVECITA, TE EMBORRACHES Y ENCIMA ME DIGAS QUE VES DOBLE Y QUE TE DUELE CABEZA! ¡VERGÜENZA TE DEBERÍA DAR!-. Y de un empujón, tira a Pablo de culo contra el suelo y se marcha. Pablo se levanta y sale corriendo tras Estela, mientras Estrella, David y Víctor, se ríen a carcajadas y se marchan juntos.
FIN